miércoles, enero 11, 2012

El mundo se seguirá cocinando a fuego lento

Los países desarrollados evadieron un compromiso para reducir sus emisiones de gases invernadero y mitigar el cambio climático. Quizás lo hagan dentro en una década, dijeron. Por Lorenzo Morales, enviado especial de SEMANA a Durban.

Lunes 12 Diciembre 2011
Tres millones de damnificados y 500 mil familias que tendrán que ser reubicadas es hasta ahora el áspero balance que han dejado las tres olas invernales que han azotado a Colombia en un año. La gente trata de navegar entre el desastre y el Gobierno pone parches aquí y allá. La tragedia devela cuán vulnerable es Colombia a un clima más extremo.

Tragedias similares se repiten en otros países. Pese a los gigantescos daños a los que está expuesto el planeta, este domingo en la mañana se sellaron en Durban (Sudáfrica) las conversaciones en las que los países del mundo ofrecieron avances mínimos para un acuerdo global para reducir las emisiones de carbono, principales causantes del cambio climático.

La “plataforma de Durban”, como fue bautizado el acuerdo de dos páginas, surge después de dos semanas de amodorradas conversaciones y una frenética jornada final que se prolongó hasta la mañana del domingo.

China, el principal emisor de gases, e India accedieron a hacer parte de las conversaciones que el próximo año darían forma a un nuevo acuerdo que obligaría a todos los países del mundo, por primera vez, a mermar sus emisiones. Estados Unidos, el segundo emisor de gases de efecto invernadero en el mundo y uno de los más renuentes a hacer parte de un acuerdo obligante, acogió la nueva “hoja de ruta” propuesta por la Unión Europea que debe ser ratificada en 2015 y prevé la entrada en vigencia de nuevas metas en 2020.

El acuerdo alcanzado a última hora salvó la cara tras dos años de conversaciones fracasadas en Cancún y Copenhague que anticipaban que en Durban se sellaría el colapso de las negociaciones al no alcanzar acuerdo alguno. Sin embargo, los pactos logrados siguen siendo declaraciones de buena voluntad -en un lenguaje laxo que permite reinterpretaciones- y que posponen las acciones concretas por varios años, pese a que la ciencia ha reportado que la reducción de gases de efecto invernadero no da espera si se quiere evitar un punto de no retorno climático.

“No podemos seguir reuniéndonos todos los años para llegar a acuerdos que se quedan cortos para responder a lo que la ciencia, y no la política, nos está exigiendo”, dijo Ruth Davis, asesor político de la organización no gubernamental Greenpeace del Reino Unido.


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