domingo, marzo 07, 2010

Entrevista: Los primos raros de Giordano

¿Qué significan en la vida de Paolo Giordano, el autor de “La soledad de los números primos”, algunos de estos números naturales cuyo desamparo consiste en que solo se pueden dividir por si mismos o por uno?

Son pocos los escritores que desembocaron en las incertidumbres de la literatura a través de las certezas de la ciencia. Paolo Giordano, el jóven de 28 años y licenciado en Física Teórica, es uno de ellos y con su primera novela, traducida a 23 idiomas, ya ha conmocionado el mundo editorial en Italia.

(1) Aunque algunos no lo consideran un número primo, para mi sí lo es. Creo que es quizás el número primo mas solitario de todos. Por que solo se tiene a sí mismo.

(2) Creo que el 2 es a lo que todos apuntamos de alguna manera. Es la pareja. Creo que alcanzar ese dos es todo el esfuerzo de una vida. Hubo una epcoa en mi vida en la que pensé que nunca podría llegar allá. Y esa idea de soledad ha sido una obsesión para mi por muchos años. El libro es sobre eso: dos personas que necesitan estar juntas y están muy atraidas pero una vez reducen cierta distancia esa atracción se vuelve una repulsión.

Eso es algo contra lo que he tratado de luchar por mucho tiempo y aún tengo que hacerlo. El libro me ayudó mucho a hacerlo. Para mi la literatura es una manera de poner las cosas en orden. Quizás esa idea de orden que me hace sentir bien fue la que me acercó a la matemáticas y luego a la literatura. Es la sensación de cuando tienes una de esas largas ecuaciones matemáticas y logras reducirla a un resultado muy corto y conciso como uno o cero pero que contiene la misma información que al principio.

(3) No recuerdo nada de cuando tenía 3 años. Tengo una memoria extraña. Tengo algunas imágenes muy repentinas incluso de cuando era más grande pero nada más. Pero en cambio recuerdo muy bien sensaciones sin contexto, sin imágenes o sonidos. Y creo que esto ayuda mucho cuando escribes por qué te ayuda a volver a lo verdadero de esa edad pero sin estar atado a tu pasado. Puedes transferir esas sensaciones a otras situaciones u otros personajes.

Uno de esas sensaciones es la de oir las conversaciones de mis padres sobre personas o lugares que aunque no conocía, siempre me sentí abrumado por esas cosas que oía, en general trágicas. Sentía empatía por estas gentes; no podía poner una distancia con lo que oía y siempre me preocupaba por alguién o por algo y recuerdo mucho esa sensación. Aunque me parecía un defecto ahora me parece una fortuna. Cuando escribo me dejo guiar mucho de esa empatía, por ese dolor privado de los demás.

(7) Como los días de la semana... Tengo una relación complicada con la rutina. Es algo que busco y necesito pero cuando estoy en una rutina por más de un mes me pongo muy nervioso y algo loco. Como apático. Lo que hago ahora es perfecto para mi pues viajo mucho con esto del libro y eso me ayuda a romper la rutina. Tal vez estoy en Torino un mes pero luego tengo que viajar y cuando ya empiezo a sentir que el aire me pesa y extraño casa, ya es hora de volver. Es agotador pero es también una manera de manter alta la presión en tu sangre.

(19) Es mi número favorito por una razón un poco estúpida pero supongo que esas son la razones para escoger nuestras cosas favoritas. Es el número d ela fecha de mi cumpleaños. Todo el mundo tiene su manera de celebrar esa fecha. Solo he hecho dos veces una fiesta ese día no porque sea tímido o algo parecido pero me siento incómodo siendo el centro de atención ese día.

Por ejemplo me encantaba tocar guitarra pero al final lo deje porque no soportaba estar en un escenario y pensé así que escribir era un mundo muy seguro en ese sentido. Yo solo era un lector y los autores eran solo nombres, nunca me los imaginé arrastrando su fama. Ahora descubro que hay todo un mundo de egos y atención al rededor de los autores y depronto estoy yo de nuevo en el centro de la atención. Eso ha sido lo más difícil de todo esto de escribir y en especial desde que salió el libro.

Entrevista realizada por Lorenzo Morales en Cartagena, en el Hay Festival 2010.

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