sábado, enero 26, 2008

Últimos cartuchos de Giuliani en Florida

Lorenzo Morales El Diario / La Prensa
26 de enero de 2008
NUEVA YORK.— A pocos días de que su campaña se dispare o muera para siempre, Rudy Giuliani se juega sus últimos cartuchos tratando de conquistar a los hispanos cubano-americanos de la Florida. A diferencia de los demás candidatos, Giuliani ha jugado más la carta anti-Castro.

No hay victoria asegurada en un estado tradicionalmente reñido como Florida sin la venia de esta comunidad, republicana y anticastrista, y que representa entre el 8 y 12 por ciento de los votantes del Estado en la primaria del próximo martes.

Giuliani ha visitado la Florida más que ningún otro candidato y puede decir que ha estado en más ciudades y pueblos que cualquier otro competidor. El día de las elecciones en Iowa, él estaba paseando las calles de Hialeah, Florida, la segunda comunidad con más cubanos del estado y compuesta en su mayoría por trabajadores de clase media y baja. Desde abril Giuliani ha visitado la ciudad cuatro veces y recibió el endoso de su alcalde, Julio Robaina.

"Lo que es diferente de la campaña de Giuliani es que ha tratado de llegar a diferentes segmentos e intereses del voto cubano-americano en el sur de la Florida", dijo Luis Clemens, de origen cubano y experto en temas de voto latino.

Giuliani ha reconocido que entre los republicanos cubano-americanos hay una preocupación no sólo por Fidel Castro sino por los altos impuestos a la propiedad, como lo resalta en un anuncio reciente en la televisión.

"El mensaje está claramente dirigido a las billeteras", subrayó Clemens.

Otra jugada inusual, fue la visita de Giuliani a una congregación evangélica, pisando en el terreno de Mike Huckabee, el Pastor Bautista que ha sido la revelación en la carrera republicana. Giuliani habló frente a 7,000 evangélicos en la mega-iglesia El Rey Jesús, donde su discurso, que parecía el de un gran devoto, fue traducido al español.

Giuliani ha tratado de actualizar el mensaje para llegar a los cubanos de la Florida, pero no por eso ha dejado de cumplir con los clichés republicanos.

En cada parada Giuliani recuerda su vocación anti-castrista: repite que fue él, quien como alcalde de Nueva York vetó la visita de Castro para celebrar los 50 años de las Naciones Unidas. También repite que nombró una calle de la ciudad en honor de los cuatro opositores que murieron luego de que el régimen de Cuba derribara los dos aviones en los que viajaban en 1996.
Giuliani rodó —acompañado por Rebeca Sosa, comisionada de West Miami, el distrito más poblado del sur del estado— durante el multitudinario desfile del Día de Reyes en el sector conocido como la Pequeña Habana en Miami.

Giuliani no ha escatimado en anuncios en la televisión, algunos en español en cadenas como America TeVé, que se precia de ser la cadena de mayor audiencia entre los cubanos, así como en Univisión y Telemundo. También ha estado en radio Mambí, la estación insignia del exilio.

"Giuliani tiene un historial largo de vínculos con la comunidad cubano-americana y eso lo favorece", reconoció Joe García, de origen cubano y presidente del partido demócrata en el condado Miami-Dade. "El problema es que antes había tres o cuatro personas que manejaban la comunidad. Ahora el liderazgo está más disperso".

Giuliani cuenta a su favor también con los muchos transplantados de Nueva York y Nueva Jersey que viven en la Florida, y que conocen sus logros en la reducción del crimen que logró en la que fuera una de las ciudades más violentas del país.

Hasta hace algunos días Giuliani era el único candidato con campaña a todo vapor en La Florida. Después de Carolina del Norte, ya sus competidores empezaron a aterrizar y aún no se sabe cuánto más difícil le harán la vida.

Publicado en La Opinión (Los Angeles).

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