Medina, una joven de 24 años y quien lucía camiseta blanca, cabello recogido en trenza y un libro azul que parecía una Biblia, y García, de 30 años y también con camisa blanca, escucharon en silencio el anuncio del juez Alen Meyer de la corte de Staten Island y regresaron al salón de los detenidos donde dos detectives vestidos de civil los esperaban para llevarlos al precinto 120, en Staten Island, a pocas cuadras del lugar.
Medina y García, quienes viven en uno de los proyectos de vivienda pública en Jersey Street habían sido arrestados la semana pasada por asalto y poner en peligro el bienestar de una menor después de que la pequeña bebé Hailey González llegara en estado crítico al Centro Médico de Richmond University, con magullones y golpes en la cara y la cabeza.
Eugene Lamb, el abogado que defiende a la pareja, dijo que aún no conocía cuales eran las pruebas que incriminaban a los jóvenes. "Me han dicho que hay dos declaraciones filmadas en video que los incriminan, pero no se si se trata de una confesión", dijo Lamb, quien aclaró que la pareja ya estaba al tanto de la muerte de la niña.
Pese a los cargos, Lamb dijo que García —un repartidor de pizzas y quien habla inglés perfectamente— había reclamado su inocencia. La acusación contra Medina se basa en el hecho que la joven madre solo avisó a la policía sobre el estado de su hija cinco horas después de que sufriera la golpiza, según documentos de la corte.
En su corta vida, Hailey ya había padecido el maltrato de sus padres. El padre de la niña, Manuel González, se encuentra detenido por haber atacado a la pequena Hailey en enero de 2006 y Medina, la joven madre, tuvo que entregar a su primera hija al sistema de cuidado público, por abusos y maltratos.
A raíz de estos hechos, Hailey se encontraba bajo la supervisión de la Administracion de Servicios para la Ninez (ACS), la entidad de la ciudad que se encarga de proteger a los niños que se sospecha estan en peligro de ser maltratados. Sin embargo, pese a los antecedentes de su familia, Hailey seguía bajo el cuidado de su madre.
Sólo antes de ayer, después de que se enterara por la prensa del crítico estado de su nieta, Sonia Cintron, la abuela de la niña por el lado paterno, dijo que jamás fue contactada por ACS, siendo que ella hubiera podido hacerse cargo de la niña, si la pequeña se encontraba en inminente peligro.
Sheila Steinback, portavoz de ACS, dijo que el caso está bajo investigación y que no haría ningún comentario al respecto.
ACS ha estado bajo la mira del gobierno de la ciudad después de que 11 ninos que se encontraban bajo vigilancia de la agencia, murieran entre octubre de 2005 y julio de 2006, es decir, en menos de un año.
Apenas hace unos días, el Departamento de Investigaciones de la ciudad divulgó un informe de 129 páginas en el que documenta la investigación por estos casos y en los que se revelan las limitaciones de la agencia para cumplir con sus obligaciones, las cuales van desde el poco entrenamiento del personal hasta prácticas ilegales como la alteración de documentos y reportes.
En febrero de 2007, el alcalde Bloomberg pidió a los legisladores del estado de Nueva York que dieran a los empleados de ACS la potestad para revisar el pasado criminal de las personas a cargo de niños reportados en riesgo de maltrato.
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