Los ríos de la coca

“Majestuoso e imponente, el río Po cruza Turín ofreciendo a quienquiera descubrir la ciudad tomando un paseo a lo largo del agua, un paseo rico en sorpresas.” Así promociona el site de la ciudad de Turín una de sus atracciones. Pero la última “sorpresa” para añadir al recorrido turístico es que por las aguas tranquilas del Po bajan unos 4 kilogramos de cocaína todos los días.
A esta conclusión llegaron investigadores del Instituto Mario Negri de Milán y que publican en la última edición de la revista Environmental Health. Para llegar ahí los investigadores decidieron ir a buscar río abajo en el ciclo que una vez ya describieron en una famosa canción los Toreros Muertos: Un bambino sale y se compra su pase, sube al baño y se lo mete, embalado sale con sus amigos a tomarse unas cervezas a la piazza, después de la tercera busca un baño y descarga la vejiga. Esto baja por la cloaca y al final de muchas vueltas termina en las reposadas aguas del Po.

Allí abajo estos señores con careta y guantes (espero) recogen toda la inmundicia y la pasan por algo así como un tamiz. Y revisan. Y encuentran estupefactos lo que aquí exportamos. Resulta que quienes meten “perico” terminan expulsando a través de la orina entre un 5% y 6% de cocaína pura y un 50% en forma de un metabolito conocido como benzoilecgonina.

Echando números, los científicos concluyeron también que en el valle del Po se consumen algo así como 40.000 dosis diarias de cocaína, tres veces más de lo que se había calculado con los métodos tradicionales.

Los verdaderos ríos de la coca son entonces el Mississipi, el Hudson, la Loire, el Ebro, y el Rin. Por debajo del Guaviare, el Patía, el Atrato, el Guayabero o el Ariarí todavía nadan peces, crecen caracoles y algas, los niños se bañan sin escafandras y hay cangrejos de colores. Es cierto.... de vez en cuando pasa una lancha llevando material científico a Europa.