¿En que está Bogotá y para dónde debe ir? Esa es la ambiciosa pregunta a la que trata de responder el Informe de Desarrollo Humano de Bogotá 2008: Una apuesta por Colombia, el primero de este estilo que Naciones Unidas patrocina para una ciudad del mundo.
Más que un novedoso estudio, el informe es una enciclopedia: recoge la información dispersa que existe sobre Bogotá, la sistematiza dándole orden y prioridad, y relaciona los distintos datos disponibles, antes aislados, para dar una visión integra y orgánica de la ciudad. Lo que antes eran pequeñas islas de saber, lo convierte en un archipiélago interconectado de relaciones y políticas. También hay propuestas y formas novedosas de ver la ciudad
La meta es promover el desarrollo humano de los bogotanos, un concepto que no sólo mide riqueza sino mezcla calidad de vida, con acceso al conocimiento, y ejercicio de la libertad.
Segregada pero conectada
Una de las limitaciones al desarrollo humano es que pobres y ricos viven separados, no se mezclan. Es, sin embargo, una tendencia frecuente en todas las grandes ciudades del mundo en expansión, especialmente aquellas con mayor concentración de la riqueza.
En Bogotá, la segregación socioeconómica, es notoria en dos niveles: por un lado en el espacio, el clásico estigma de “los del sur y los del norte” y por otro lado en la inequidad en el acceso de sus ciudadanos a los servicios o equipamientos que ofrece. Mientras un rico en Teusaquillo está más cerca de las grandes avenidas que les permiten llegar más fácil y rápido a bibliotecas, centros comerciales, parques y universidades, un pobre en San Cristóbal Sur se mueven entre callejuelas, lejos de grandes supermercados, bancos, o nodos de transporte.
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