lunes, diciembre 10, 2007

Hispanos en Iowa podrían ser clave en primaria

Lorenzo Morales/Enviado especial EDLP
Des Moines, Iowa — Con márgenes apretados entre los candidatos según las encuestas y muchos indecisos, los latinos de Iowa podrían decidir el resultado final del próximo caucus del 3 de enero. Sin embargo la poca participación y la falta de información echan por la borda su potencial electoral.

Actualmente hay cerca de 37,000 hispanos inscritos para votar y aunque no existen cifras oficiales, la Oficina de Asuntos Latinos de Iowa estima que este año lo harán solamente entre 5,000 y 8,000 de ellos. En las pasadas elecciones, 124,000 personas en total votaron en el caucus de Iowa, una elección clave pues ofrece la primera impresión real sobre el nivel de aceptación de los candidatos.

"Hay que despertar el gigante dormido que somos los latinos aquí en Iowa para que todos podamos pedir respeto por nuestra dignidad", dijo Bernardo Ortiz, líder del Sindicato Internacional de Trabajadores en Servicios (SEIU), quien está dedicado a convencer a los latinos sobre la importancia de registrarse y ejercer su derecho a elegir en las próximas elecciones. Según Ortiz, en los últimos cuatro meses ha logrado inscribir a 600 personas.

"Desgraciadamente la batalla mas dura es contra la apatía", dice Ortiz quien los fines de semana hace jornadas pedagógicas en un pequeño comedor contiguo a la tienda La Favorita, convertida en un improvisado cuartel general para registrar votantes.

Actualmente se estima que hay 114,700 latinos en Iowa, lo que representa casi un 30% más que hace siete años, según la Oficina de Asuntos Hispanos del estado. La mayoría de ellos se concentran en Des Moines, la capital del estado.

La llegada masiva de latinos —más que todo de México, Guatemala, El Salvador, Ecuador y Colombia— es un fenómeno relativamente nuevo en Iowa, un estado frío, rural y más cerca de Canadá que de México, pero que en los últimos siete años ha mostrado un repunte en la demanda laboral, especialmente en construcción, salud y finanzas, según datos oficiales del estado.

Aunque apenas representan el 3.8 por ciento de la población, los hispanos son el grupo de población de mayor crecimiento en el estado, según datos del censo.

"Hemos visto un inmenso crecimiento de la población latina y creemos que tienen un gran potencial económico que no está siendo atendido", dijo Deborah Whittie, directora del banco Village Credit Union, en el Este de Des Moines, donde hoy se concentra la población latina. Whittie explicó que hace cuatro meses está trabajando en un plan especial para captar el ahorro de una población que según ella ha cambiado la cara del Este de Des Moines en los últimos dos años.

El asentamiento de los latinos en Des Moines y su participación en la vida económica de la zona es evidente a lo largo de Grand Avenue y su vecindad, donde abundan los restaurantes, tiendas, panaderías y otros negocios con sabor hispano.

"Llegó un momento en que no podíamos atender a toda la gente con la tienda tan chiquita y se hizo esta más grande", explica Isela Mejorado, una de las supervisoras de La Tapatía, un supermercado hispano que hace cinco años se trasladó de un pequeño local donde trabajaban dos personas a una construcción nueva con puertas automáticas, 50 empleados y más de 80 espacios de parqueo.

Hoy en día los anuncios de bienvenida del aeropuerto son bilingües, circulan al menos cuatro periódicos gratuitos en español y el oficial de relaciones con la comunidad de la policía de Des Moines se apellida Valdez y es hijo de una familia de Michoacán, México.

Pese a la relativa facilidad de los hispanos para insertarse en el desarrollo económico de la ciudad, los intentos por hacer más participes de la vida política a aquellos que pueden votar se tropieza con varias dificultades.

"Muchos latinos ni siquiera saben que vamos a tener una elección o qué es un caucus", dijo Lena Avila-Robison, directora de Latinos Unidos de Iowa, una organización de voluntarios que desde 1996 presta asesoría legal y educación a la comunidad hispana.

"Muchos latinos vienen de países que han pasado por conflictos armados como El Salvador o Guatemala y están desencantados de la política", explicó Avila quien distribuye copias que lleva en su cartera con información sobre como inscribirse para votar. "La importante es que entiendan el poder que tiene su voto en una democracia".

Detrás de la población latina están también las campañas políticas que ven en esta franja de la población una oportunidad para ganar votos.

Como por ejemplo la campaña de Hillary Clinton. Según Sergio Bendixen, asesor nacional de la campaña para el voto hispano, la participación de los latinos en Iowa ha sido baja en parte porque no se les han ofrecido incentivos. "Hasta ahora nadie los ha invitado a salir a votar", dijo Bendixen quien explicó que la campaña de Clinton lo está haciendo a través de llamadas telefónicas y cartas.

Además de la cultura política que traen de sus países, el hecho de que los latinos entregan gran parte de su tiempo al trabajo también afecta su posibilidad de votar.

"A mí me gustaría participar más pero trabajo tanto que ni tiempo me queda de pensar en otras cosas", dijo Elvia Escareño, quien trabaja en el restaurante Plaza México sobre una de las avenidas del Este de Des Moines. Plaza México abre 364 días al año y solo cierra para "Thanksgiving".

Pero al tiempo que la presencia hispana es más visible, la retórica antiinmigrante y la presión de las autoridades aumenta.

En la franja de AM de la radio no es difícil encontrar programas que avivan el odio contra los inmigrantes y en algunos periódicos evangélicos como el Christian News Happenings, un gratuito mensual, los latinos son estigmatizados. El mes pasado el artículo de segunda página listaba 14 razones de porqué los "ilegales" deben ser deportados y otro sobre cómo la inmigración de musulmanes había acabado con Europa.

El efecto más brutal de ese rechazo de algunos sectores tuvo lugar hace un año. En diciembre de 2006, las autoridades de migración hicieron una redada en una procesadora de carne de Marshalltown, a 35 millas de Des Moines, llevándose consigo a 90 personas. La operación, que tuvo réplicas simultáneas en otras ciudades, terminó con el arresto de 1,282 personas en total, masivas deportaciones y cientos de familias fracturadas.

"Un año después nuestra comunidad no ha logrado recuperarse del trauma de esa redada", dijo Irlanda Helgen, durante un foro público al que asistieron varios candidatos demócratas en Des Moines la semana pasada. Después de la acción, catalogada como la mayor redada de migración de la historia, muchos hispanos partieron hacia otras ciudades.

"Hace diez años no había tanto odio contra nosotros", recuerda Ortiz quien asegura que la cercanía de las elecciones ha avivado la retórica antiinmigrante.

Por eso Ortiz y otros líderes esperan que en estas elecciones, los latinos ejerzan su derechos la voto. "Yo solo no lo puedo lograr", concluyó Ortiz.

lorenzo.morales@eldiariony.com

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Publicado en El Diario/La Prensa de Nueva York

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