jueves, noviembre 03, 2005

¿Paranoia, estupidez o ambas?

Antes de que terminara de prender la cámara y de encontrar un buen encuadre, ya tenía encima un soldado de la PM (Policía Militar) diciéndome que estaba prohibido tomarle fotos al edificio.

No tiene caso discutir con un soldado que obedece las órdenes de un superior que a veces las imparte sin saber porque. O sea que tampoco tiene caso discutir con los superiores de un soldado. Cabos, sargentos, mayores, coroneles y demás. Cómo no vale la pena llevar la contraria me limité a preguntar el por que de semejante prohibición. "Por seguridad"- respondió con ese tonó seco que les enseñan.

La respuesta me pareció obvia de parte de un tipo armado, pero de verdad que no entiendo en que afecta a la seguridad de un edifcio el que se le tomen fotos a la fachada. Hice el ejercicio de ponerme en los zapatos de un criminal y pensar en para que me serviría la foto de un edifcio contra el cual yo quisiera dirigir algún tipo de crimen o ataque. No encontré ninguna razón técnica suficientemente convincente. La más convincente fue una razón de tipo nostálgico como es la de querer conservar algún tipo de souvenir delictivo para los años de retiro. En todo caso, nada peligroso.

Si de verdad una foto fuera necesaria para atentar contra un edificio o cometer un crimen en él, hoy en día sería imposible conseguir postales de la Tour Eiffel, del Coliseo Romano, del Congreso de los EEUU o del Palacio de Buckingham. Y a los japoneses les prohibirían el deporte nacional: el turismo de flota y snapshot.

Pero tomemos por ejemplo el caso de un edificio que uno supondría muy amenazado...mmm... la Casa Blanca, por decir cualquier cosa. Una busqueda en Google Images da como resultado 804.000 imágenes de la morada del ignominioso Bush, entre las que puede uno encontrar desde fotos de los salones interiores hasta planos de los predios.

Y bueno, si de verdad está prohibido y si de verdad es tan peligroso tomarle una foto a un edificio de un banco en Bogotá, al menos deberían los encargados de evitarlo tomarse en serio la amenaza. Cuando el amigo soldado se volteo, simplemente tomé la foto. ¿Un poco oscura, cierto?

1 comentario:

Adriana Quiñones dijo...

Bueno, creo que aqui podemos aplicar lo siguiente:

* El sistema
El torturador es un funcionario. El dictador es un funcionario. Burócratas armados, que pierden su empleo si no cumplen con eficiencia su tarea. Eso y nada más que eso. No son monstruos extraordinarios. No vamos a regalarles esa grandeza.

Eduardo Galeano