viernes, julio 29, 2005

Que ira

En medio del entusiasmo de la mayoría y el prudente esceptisismo de otros, entre ellos el diario londinense The Times ("World is waiting to see if IRA deeds match the grand words"), el IRA anunció la suspensión de sus acciones militares y su paso a la política. La decisión llega después de 20 años de negociaciones que sin duda venían ablandando el camino, pero sobre todo 15 diás después de los primeros ataques terroristas del fundamentalismo islámico. Me pregunto que valió más: si las dos décadas de paciencia y negociación o los bombazos en el sistema de transporte de la capital británica. Seguramente la mezcla de los dos.

Sin duda desde hacía varios años el IRA venía contemplando la idea de dejar la violencia, pero de alguna forma su agenda no tenía fechas. Después de los ataques a las torres gemelas, el cronograma y la presión empezó a apretar. Los últimos ataques en Londres fueron el cortapizas final al horizonte de tiempo del IRA.

Como dice el dicho "no hay mal que por bien no venga". Tal parece que la brutalidad del terrorismo de los gangs ultra islamistas, le atajó el paso a los radicalismos locales, que parecen niños en pañales a lado de las pretensiones del nuevo terrorismo.

El argumento clásico del post 11-s es que el terrorismo se hizo inaceptable. Yo creo que siempre lo ha sido. Lo que pasa es que ahora "terrorismo" se convirtió en una denominación genérica para nombrar lo peor de lo peor. Una especie de bulto sucio al que van a parar todos los que gustan del bombazo y al que los terroristas de antaño, prefierne no ingresar. Por buenos modales y por proteger el poco abolengo al que alguna vez aspiraron.

En Colombia las FARC siguen comiendo con los codos en la mesa.

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